compositores sintieron atracción por su pasado andalusí y por lo que les
evocaban monumentos como la Mezquita de Córdoba o la Alhambra.
Andalucía seducía por su exotismo y por los variados aires musicales propios de nuestra tierra, como la cadencia andaluza o la contagiosa gracia de los ritmos de los fandangos, boleros o seguidillas.
El embrujo de la Alhambra
La Alhambra se convirtió en el siglo XIX en centro del interés de los viajeros
que visitaban Andalucía. A ello contribuyeron escritores como el norteamericano Washington Irving, autor de la obra Cuentos de la Alhambra.
El alhambrismo musical fue una especie de moda que buscaba la evocación de lo andaluz a través de este monumento único.
Existen numerosas obras inspiradas en la Alhambra como Fantasía morisca:
A Granada (Chapí), En la Alhambra (Bretón), Al pie de la reja (Miguel Carreras), Torre bermeja (Albéniz), Recuerdos de la Alhambra (Francisco Tárrega), etc.